Ella.-

|

La verdad, es que me pareció bastante especial esa sensación que sintió cuando él la rozó por primera vez con su mirada, pero nunca me atreví a sospechar algo, hasta que ocurrió el segundo encuentro. Podría decir que con esa segunda vez, incluso yo sentí mariposas en el cuerpo.
Siempre me impresiono mucho lo que ella sentía cuando él le sonreía, era como si nadie existiera. Siempre que esto sucedía, ella observaba detenidamente el momento, como en cámara lenta, y se detenía en el radiante gesto de su rostro, como sus ojos se achicaban hasta el punto perfecto, y como cambiaban sus facciones al momento preciso. No quiero sonar exagerada, pero era un espectáculo especial e inolvidable, incluso para mí.
Ella deseaba cada noche que esto ocurriera una y otra vez. Puede sonar un poco repetitivo, pero deberían presenciar el momento para lograr entenderlo, ¿Quién no desearía una sonrisa así?
Luego del frecuente deseo, ella se iba a dormir para encontrarse de nuevo con esta nueva sensación, y una vez más con el hombre que le llenaba hasta el rincón más oscuro de su menudo cuerpo.

e-xtremo evidente

|

Parecía ser la última sonrisa que cruzaríamos.
Nos enfrentábamos a una distancia notoria, estábamos separados por un mar de gente botando sus lágrimas, y sin decir nada nos quedamos estancados en la profundidad de nuestras miradas. Sentí que fueron horas las que permanecimos ahí, era como en los sueños, que se representa un día entero en un solo minuto.
El me esperaba con una de esas sonrisas tranquilas, esas que no son forzadas, de esas que te llenan de sensaciones, mientras que yo le sonreía con mucha timidez y afecto.
Creo que nunca nos habíamos manifestado todo lo el amor que sentíamos el uno por el otro, la verdad es que nunca nos habíamos relacionado con tanta complicidad y serenidad.
Fue lo que más me gusto de la tarde, ese buen sentir de que solo éramos para nosotros, y pensar que ese instante lo podíamos hacer durar una eternidad.
Así me sentía, llena, feliz, esperanzada, sorprendida, un poco alocada y hasta podría decir que me sentí muy linda.
Mientras esto sucedida, ellos seguían en lo suyo, traspasándose datos, entregándose apoyo y brindándose abrazos; y aunque esto pudiera parecer distractor no nos afecto en nada, pero luego algo separo nuestro vínculo, y es que no podía durar para siempre, otras cosas nos llamaban, y bueno, ya era hora de separarse. Lo siguiente ya no tenía tanta importancia, descubrí que no fue nuestro último contacto, aún no era nuestro último encuentro. Permanecí el resto del día con la confianza de que mañana sería otro día, mañana tendría otra oportunidad, aun nada debía de terminar.

El escape de la "wo"

|


Cansada de ser la última Cavada Ríos en tierras chilenas, Francisca “Pancha” Cavada toma sus maletas para partir rumbo a Marte, donde según ella relata, la espera sus viejos amigos, Bob esponja y Garfield el gato.
Así de sorpresivos, fueron los anuncios de los Cavadas sobre su traslado a diferentes tierras.
La “Pioja” cuenta sobre su emoción y pesar, después de despegarse durante 3 años de Alex “Kike” Cavada, y sobre su impresión ante la partida repentina de Pablo y Nicolás hacia DF.
“Que vuelvan los Cavada”

Todo va a estar bien

|

: Aquí estas, por fin nos encontramos, tenía muchas cosas que contarte, ahora… ya no recuerdo nada, desde que te fuiste que he pensado mucho, las cosas no están como antes, todo ha cambiado mucho, todo los planes y es un poco extraño. Hace un tiempo que llego una especie de obstáculo y me desvió todo lo que tenía armado, ¿me entiendes? Yo se que tu haz pasado por esto antes, y por eso quería hablar contigo, creí que quizás contándote lo que me pasaba podría encontrar algunas respuestas, ¿que piensas de esto? Ya no puedo seguir con mi corazón roto.

: ¡Hola! ¡No sabes lo que me paso!
¿Recuerdas nuestra última conversación? Me sirvió mucho, después de todo, tus palabras son muy importantes para mí. Luego de esa conversación mi vida dio un giro, y las cosas comenzaron a salir de maravilla, volví a sonreír e hice nuevos planes, he viajado mucho y he encontrado mucho cariño en mis aventuras. Quisiera que nos juntáramos más seguido a hablar, estoy muy agradecida de ti.

: Una vez más aquí, querida, ¿Qué sucedió? ¿En que te puedo ayudar? Por tu cara pienso que has tenido un problema horrible, me preocupa bastante verte así. La última vez que hablamos estabas tan concentrada en la felicidad que te estaba entregando la vida, no llores, que me pone mal a mi también. Cuéntame, todo mi día es para ti. Te haré un café y traeré algunas galletas para que comencemos a hablar, quédate tranquila que todo va a estar bien, no me volveré a ir de aquí.

No tengo nada.

|

Caminó hasta el punto de encuentro, eligió un extremo de esa banca y se sentó. Hasta ahí llegaba ese sol veraniego temible, ese que sin darte cuenta te quema muy fuerte, pero no era un problema aún.
Luego de unos cortos minutos, el apareció con uno de esos cigarros en su mano y música a elección. Cuando ya estaba bastante cerca como para ver su carita, ella miró sus ojos encantada, pareciera que nadie se había dado cuenta aún, pero que lindos ojos tiene este hombre.
Los primeros minutos fueron un poco difíciles, pero era cosa de tiempo. Resulta que luego de, más o menos, 7 minutos, ella terminó su fase de nerviosismo y pudo caminar a su lado. El cada vez que podía reiteraba lo linda que ella era, y ella, por supuesto, jugueteaba un poco con eso, le daba su “que se yo”.
Extraña relación tenía ella con los ojos de el, eran tan pequeños y la miraba tan profundo, que ya casi se ahogaba en el verde agua de sus ojos.
No se como llego hasta ahí, pero ella intentaba no llegar a tener una situación comprometedora, de esas que te obligan a explicar algunas cosas, ¿para qué?
Mientras el hablaba, ella intentaba predecir que venía después, esos nuevos ojos verdes la miraban con emoción y le decían que el no esperaba más de ella, si no que, era todo lo que el esperaba.
Lo que luego sucedió, en verdad no sucedió, esa es la verdad, ella siempre con su distancia, y el intentando ganar confianza.
-
¿Qué hora es?

Ya era la hora de marcharse, el le dijo “Chao” pensando que se volverían a ver. Ella simplemente se despidió.

- Chao (y la besó en la mejilla)

- ¿Hablaremos luego, no?

- Por supuesto, fue un gusto verte, espero que se repita.

- Chao, chao, chao, chao (mientras caminaba alejándose de el)

verdad que si?

|

Insisto
Nunca me sentí parte de ese lugar.
Ahora lo recuerdo
El seguía ahí sentado disfrutando.
Este es mi lugar,
Con mis memorias.
No anules nada.
Ahora vuelve aquí este calor que busca excavar los viejos intentos de un viaje anhelado.
Sí, aquí sigue…
Como olvidarlo.
Ayer viaje a la luna
Con un poco de azúcar.
Déjame decirte que volveré,
De ahí, hasta allá.

Directo, acción.

|

Directo de un sueño.
Solo un deseo más…
No creas todo lo que digo,
Eso estaría mal.
Solía mirar las figuras en el cielo,
Y luego el intentaba tocarlas con la punta de los dedos.
Extraña sombra cansada,
¿Donde estas?
Quiero compañía otra vez más.
Te toca disfrutar.
Sigo en dirección opuesta al cielo.

Cuando...

|

Buenos días, vengo a hacerle compañía.
Desde hoy y durante todas las mañanas que nos queden, estaremos juntos, hasta que se ponga el sol.
Por la tarde pasearemos por diferentes lugares, siempre para conocer cosas nuevas.
Caminaremos lento, observando cada detalle.
Cuando volvamos disfrutaremos de anécdotas y de ricas comidas.
Te acompañare hasta que cierres por última vez tus ojos en el día.
Cuando eso suceda besare tu frente y desapareceré, para luego volver al día siguiente y estar ahí cuando te estires por primera vez en la mañana.
No me cansaré nunca de diseñarte los mil mundos que quieres conocer.
Creare mil puentes para que puedas cruzar los mil mares que imagines.
Inventare para ti millones de maravillas.
Y cuando ya no puedas más de tanta imaginación te llevare a descansar.
Cuando tus manos ya no puedan sujetar nada,
Estaré para sostenerlo por ti.
Cuando ya no entiendas nada,
Estaré para explicarte cada movimiento y detalle.
Nunca estarás solo, siempre estaré para cuidarte,
Estaremos juntos hasta tu último respiro,
Cuando eso suceda me acostare a tu lado para sentir el calor de tu corazón,
El calor de tus sentimientos,
Y te diré adiós para irme contigo de nuevo.

¡Callate!

|

Quisieras que nunca me fuera,
Pero aun así me hechas de aquí.
Me voy con mi olor,
Mientras tú te quedas ahí, recordando.
Te escondes para mirar todos los recuerdos,
Hasta que terminas y sales de ahí.
Dibujas tus vivencias y recuerdos.
En algún momento notaras que todo vuelve a estar bien.
Quien sabe, tal vez nos veremos de nuevo.
Me gritas.
Te parece todo tan familiar.
La respuesta esta en mi sombra, que siempre se quedo a tu lado.
Y voy de vuelta en busca de mi otra mitad.
Pero sigue ahí no se quiere ir.
Sigues jugando con mi sombra
¿Qué hacemos?
Te parece que nunca me voy.

Quisiera que nunca te fueras,
Pero ándate,
Sal de aquí.
Llévate tu olor.
Yo me quedare aquí, recordando.
Me quedare escondida
Escondida repasando cada recuerdo.
Cuando termine el chequeo, saldré de aquí.
Pintare mi cielo y jugare con mis recuerdos.
En algún momento veré que todo comenzara a brillar de nuevo.
Quien sabe, tal vez nos veremos.
¡Cállate!
Esto me parece familiar.
Nunca te llevaste tu sombra.
Y aquí vienes de nuevo en busca de tu otra mitad.
Pero esta aquí y no se quiere ir.
Sigo jugando con tu sombra.
¿Qué hacemos?
Me parece que vuelves y te vas…

¿Por qué?

|

Muchas veces me acosté aquí mismo a pensar en lo que estaba mal, y deseaba una y otra vez que no me volviera a suceder. Pensaba en cualidades que quizá podía conocer y pensaba en quien las podría tener. Deseaba amar a alguien que me amara igual que el, pero cambiando la forma de ser.
Ahora como muchas veces me acuesto aquí a pensar, y no deseo a nadie más…
¿Por qué el? ¿Por qué si es así? ¿Por qué una y otra vez?
A veces me siento hundida, a veces me siento sola, pero en el fondo sé que el está aquí, porque por las noches lo siento abrazarme y acompañarme.
Me siento tranquila con sus sonrisas y aterrada con sus lagrimas, pero lo siento y se que el me siente a mi.
No se si estoy feliz o triste, Tampoco se como me gustaría que fuera, pero por ahora no me lo pregunto.
Siempre tuve curiosidad en saber que pensaba. Siempre sentí curiosidad por sus miradas.
Me encantaba acostarme a su lado mientras nos observábamos callados, sentía que nada podría alejarme de su lado.
A veces cerraba mis ojos y cuando los volvía a abrir el seguía ahí mirándome, con sus ojos muy abiertos y una sonrisa en los labios.
Hay noches en las que su olor me despierta y rapidamente lo busco en la oscuridad, pero no... Otra vez fue mi imaginación.
¿Por qué el?
Porque amo sus defectos y sus virtudes. Por su sonrisa, por como cierra sus ojitos cuando me da un beso, por su forma de quererme y porque hace de cada momento el más importante.