Todos necesitamos espacio para soñar

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Esa mañana desperté muy cansada. Intenté acomodarme varias veces para volver a dormir, pero no lo lograba, así que mejor tome el celular y lo encendí para ver la hora.
Mientras el teléfono intentaba funcionar cerré mis ojos, era mi última esperanza; pero no me quedo otra que despertar, conocer el nuevo día y poner la maldita clave en el celular.
Sorpresivamente el aparato sonó indicándome que tenía un nuevo mensaje de voz, así que pulsé la tecla para poder escucharlo.
Y era el, sí, dejándome un mensaje muy confuso. Repentinamente el día ya no parecía tan malo, cerré mis ojos y lo sentí muy cerca, vi momentos pasados y volví a la realidad para re-escuchar el mensaje.
Lo mismo de nuevo, seguía siendo confuso, pero cada vez más esperanzador. Lo escuchaba decirme que estaba aquí, pero en el fondo no me creía lo que oía, así que tire el teléfono tranquilamente, mormuré palabras de decepción y cerré los ojos para escapar del deseo.
Cuando ya se hacía inevitable la llegada del nuevo día, prendí el computador para revisar mi mail y/o mi Facebook (ya no sé que es más importante), y perder mi tiempo en el amado MSN, pero para variar el Internet no estaba funcionando. Subí las escaleras para ir a ver el famoso aparato del Internet y acabar con el maldito problema, pero me encontré con algo más de lo que esperaba, y está vez no se trataba del Internet, ni de esas huevas' sin importancia; fue cuando volteé para bajar las escaleras, mi mirada de escapo hacía la pieza de invitados y se topo con una maleta desconocida. Cerré mis ojos fuertemente y los volví abrir con mucha confianza y optimismo, esperaba ver lo que se me había escapado. Entonces volví a encontrarme la maleta desconocida, resulta que esa hueva’ seguía ahí, yo no la estaba imaginando. Sonreí de esa manera, como cuando tu plato favorito está servido en la mesa de sorpresa; como cuando logras sacar la foto perfecta o mezclar las palabras correctas; sonreí como si lograra ver lo que no veía. Y me acerque, lentamente, con miedo, para ver lo que guardaba la maleta, para encontrarme con una sorpresa. Fue en ese instante cuando me dí cuenta que necesitaba volver a verlo, me dí cuenta todo lo que lo extrañaba, todos los años que habían pasado.
Se preguntaran que encontré dentro de la famosa maleta, bueno, pues ni una hueva’ importante. Era lo de siempre, una maleta más chica dentro de otra para poder guardarlas y ocupar menos espacio. Por supuesto que era una maleta nueva, eso explica por qué la poca familiaridad.
Al darme cuenta de el error, sonreí energéticamente, volví a cerrar los ojos con simpatía y seguí mi camino. MSN ya estaba funcionando para seguir mi rutina diaria. ¿Qué más esperaban?

Media Verónica

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Media verónica despierta, le molestó la luna por la ventana abierta.
Llegó una carta desde el frente el cántaro se rompe y se secó la fuente.

Va a decidir qué hacer cuando despierte del todo y borrar con la mano lo que ayer escribió con el codo.
habrá que ver, si la crónica verónica reacciona.
la verónica mitad, tiene muy poca maldad, pero está cansada de esperar.

Media verónica está rota, no tiene muchos años pero le hicieron daño.
rompió una lanza por la risa pero no tiene prisa y se ríe muy poco.

No va a saber qué hacer cuando no sople más viento,
no sabe distinguir el amor de cualquier sentimiento.
quiere vivir una vida diferente cada día
la verónica-mitad está en la flor de la edad pero está cansada de esperar.

En la ventana hay una nota: el pájaro no vuela, tiene las alas rotas.
Media verónica lamenta que el tiempo se consume y lo demás no cuenta.

La vida es una cárcel con las puertas abiertas.
verónica escribió en la pared con la tripa revuelta
nada que ver
no habrá flores en la tumba del pasado
la verónica mitad dice siempre la verdad pero está cansada de esperar.

quieren ver, no

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Estaba soñando con el día en que las nubes cayeran sobre mis manos coloridas, pero desperté cuando mamá salió del dormitorio para pegar un grito de liberación. Creo que lo escucho toda la cuadra, ya que cada vez que salía de casa para ir rumbo al paradero, la gente se asomaba para lograr ver algo que alimentara sus lenguas, pero al no ver nada, se daban media vuelta para irse decepcionadas.
Después de ese día, mamá no fue la misma, tampoco yo, ni siquiera él. Algo había cambiado en nuestros detallados pasos.
Intente recrear la situación para buscar respuestas ante los repentinos cambios de energía, pero no encontré nada más que un dulce bajo la cama de mamá.
Él me dijo que mamá sufría algo llamado “felicidad”, pero jamás me explicó de qué se trataba, solo menciono que había que estar atento.
La verdad es que yo me asuste mucho cuando dijo eso, no sabía de qué se trataba, ni mucho menos lo que podía hacer al respecto. Pero si recordaba que una vez en el parque de la esquina escuché a un hombre hablar de eso; también recuerdo que la gente lo miraba con extrañeza e intentaba ignorarlo.
En casa todos temían por mamá, pero con el paso del tiempo, todos olvidaron el tema y yo terminé quedándome con la duda. Él como siempre intento entregarme calma, para poder volver a fantasear, pero la verdad es que desde ese día, que no logró volver a soñar

Desvanécete

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Aleja las sonrisas tristes,
Los cuentos cortos.
Deja a un lado lo tuyo,
Olvida lo mío.
Vuelve a decirlo.
¡Vuelve!
Por tu última historia
Torcida de imaginación.
Abre la puerta y vuelve,
Con ese rose tramposo.
Y esa sensación fugitiva.
Deja mi movimiento inquieto.
Congélate, Acurrúcame, desvanécete,
Mientras las horas exactas se vuelven imprecisas.
Vuelve y escapa,
Vuelve ingenuo, vuelve a soñar.

Somos, estamos

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Un día, solo le hablaste y dijiste que te irías, sin muchas explicaciones, ni historias raras. No tenías mucho que decir tampoco, pero ella… ella si tenía muchas cosas que decirte.
Las cosas fueron muy extrañas los últimos días, tu animo difícil de llevar, sus secretos muy escondidos, tus bromas distractoras, y su extraño dolor de estomago. Era muy notorio como los dos intentaban ir contra el tiempo con cinismo; un poco de distancia, felicidad engañosa, y unos cuantos “todo va a salir bien”... Pero ambos sabían perfectamente que no iba a ser así, aunque como se dice: “La esperanza es lo último que se pierde”.
Estaría mintiendo si dijera que todo fue malo y penoso, porque con la próxima y repentina separación, aflorarían todos los sentimientos que ella guardaba con rencor hace bastante tiempo.
Ese último día, fue bastante complicado y doloroso. Con cada minuto que pasada, venía un recuerdo diferente a su cabeza, y que difícil fue intentar despegarse de todo eso, aunque, por supuesto la parte de despegarse del recuerdo no funcionó, porque ella no sirve para esas cosas, más bien se aferro a eso, para intentar cuidarse por las noches. Me da un poco de nostalgia contarte los últimos momentos en su cuerpo, fueron muy diferentes a todo lo demás, llenos de sensaciones nuevas, conversaciones con el espejo, mucha comida, y siempre acompañada del piso; no sé porque le gusta tanto tirarse al piso, será tal vez por la sensación de libertad, pero aun no lo entiendo, no sé si alguna vez notaste eso.
Bueno, aquí llegamos a la despedida: corta, o precisa, como quieras, pero ella necesitó más tiempo para terminar de decírtelo todo. No sabía como reaccionar a la situación, se sentía muy extraña y con una pena enorme, no encontró palabras para expresar nada, ni fuerzas para hacer la despedida más liviana, solo necesitaba tirarse al piso, es por eso, que cuando llego a casa lo primero que hizo fue derramarse como pudo en la alfombra, claro está, que antes cerro la puerta para que nadie la viera en ese estado. Te cuento que jamás fue buena para demostrar sus penas profundas en casa, siempre intentaba esconderlo todo para encontrarse a solas con ella más tarde.
Luego de esto, se lleno de excusas para esconderse todo el tiempo necesario. Si se mentía hasta a ella, yo no lo entendía, pero a ella ni eso le importaba.
Quien iba a decir, que todas estas cosas tuvieron que pasar, para que tu y ella se alejaran de verdad, para que separaran de una buena vez sus distintas historias y anécdotas, para que ella te bloqueara de su mente, y para que tu entendieras algunas cosas tal vez… Pero dime la verdad, ¿Alguna vez intentaste entenderlo? ¿Alguna vez te sentaste a pensar en lo que estaba sucediendo?

Angeles

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Someone's always coming around here trailing some new kill
says I seen your picture on a hundred dollar bill
and what's a game of chance to you, to him is one of real skill
so glad to meet you, Angeles

picking up the ticket shows there's money to be made
go on and lose the gamble that's the history of the trade
you add up all the cards left to play to zero
and sign up with evil, Angeles

don't start me trying now
'cause I'm all over it, Angeles

I could make you satisfied in everything you do
all your secret wishes could right now be coming true
and be forever with my poison arms around you
no one's gonna fool around with us
no one's gonna fool around with us
so glad to meet you, Angeles
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Hola, volviste.

Vamos por el comienzo.

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Digamos que la verdad es, que aun no se definir completamente que es lo que vino con el. Es importante señalar, los cambios en el techo de esa época, los tonos y movimientos, la luz y el sonido que deja caer naturalmente, es significativo porque aquí es donde te vuelves un poco nebuloso y confuso. Pero así comenzó todo: las gotas caían del cielo colorido, el frió se había ido, las sonrisas afloraban espontáneamente, y ella comenzó a escribir.
El bello abril obsequió el carmesí de sus mejillas para los momentos donde te asomabas, y fue escenario para el momento preciso, donde viene lo especial e inexplicable. Es el momento donde yo me vuelvo tú, y tú no se quien eres, pero ella dice que eso no es importante; si ella lo dice debe ser la verdad.
Aquí vienes una vez más, te llevas mis ganas de dormir, te apoderas de mi pensar, me sigues hasta el colchón una vez más.
A la mañana siguiente estabas aquí, junto al amanecer. Fue un ocasión muy particular porque es lo único que recuerdo de esa noche, te volviste borroso una vez más, y solo dejaste el sonido de esa guitarra al romper el día.
Ella dijo que era normal lo que pasaba, pero lo decía porque quería apoderarse de mí y de ti. Me arrepiento de haberle confiado mi amor a ella, lo uso de almohadón, cocinó en el, y lo utilizó como un pasatiempo.
… Mientras espero que las gotas que caen del cielo se hagan más continuas, ella aparece en mí con sus mejillas carmesí.

Ella.-

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La verdad, es que me pareció bastante especial esa sensación que sintió cuando él la rozó por primera vez con su mirada, pero nunca me atreví a sospechar algo, hasta que ocurrió el segundo encuentro. Podría decir que con esa segunda vez, incluso yo sentí mariposas en el cuerpo.
Siempre me impresiono mucho lo que ella sentía cuando él le sonreía, era como si nadie existiera. Siempre que esto sucedía, ella observaba detenidamente el momento, como en cámara lenta, y se detenía en el radiante gesto de su rostro, como sus ojos se achicaban hasta el punto perfecto, y como cambiaban sus facciones al momento preciso. No quiero sonar exagerada, pero era un espectáculo especial e inolvidable, incluso para mí.
Ella deseaba cada noche que esto ocurriera una y otra vez. Puede sonar un poco repetitivo, pero deberían presenciar el momento para lograr entenderlo, ¿Quién no desearía una sonrisa así?
Luego del frecuente deseo, ella se iba a dormir para encontrarse de nuevo con esta nueva sensación, y una vez más con el hombre que le llenaba hasta el rincón más oscuro de su menudo cuerpo.

e-xtremo evidente

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Parecía ser la última sonrisa que cruzaríamos.
Nos enfrentábamos a una distancia notoria, estábamos separados por un mar de gente botando sus lágrimas, y sin decir nada nos quedamos estancados en la profundidad de nuestras miradas. Sentí que fueron horas las que permanecimos ahí, era como en los sueños, que se representa un día entero en un solo minuto.
El me esperaba con una de esas sonrisas tranquilas, esas que no son forzadas, de esas que te llenan de sensaciones, mientras que yo le sonreía con mucha timidez y afecto.
Creo que nunca nos habíamos manifestado todo lo el amor que sentíamos el uno por el otro, la verdad es que nunca nos habíamos relacionado con tanta complicidad y serenidad.
Fue lo que más me gusto de la tarde, ese buen sentir de que solo éramos para nosotros, y pensar que ese instante lo podíamos hacer durar una eternidad.
Así me sentía, llena, feliz, esperanzada, sorprendida, un poco alocada y hasta podría decir que me sentí muy linda.
Mientras esto sucedida, ellos seguían en lo suyo, traspasándose datos, entregándose apoyo y brindándose abrazos; y aunque esto pudiera parecer distractor no nos afecto en nada, pero luego algo separo nuestro vínculo, y es que no podía durar para siempre, otras cosas nos llamaban, y bueno, ya era hora de separarse. Lo siguiente ya no tenía tanta importancia, descubrí que no fue nuestro último contacto, aún no era nuestro último encuentro. Permanecí el resto del día con la confianza de que mañana sería otro día, mañana tendría otra oportunidad, aun nada debía de terminar.

El escape de la "wo"

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Cansada de ser la última Cavada Ríos en tierras chilenas, Francisca “Pancha” Cavada toma sus maletas para partir rumbo a Marte, donde según ella relata, la espera sus viejos amigos, Bob esponja y Garfield el gato.
Así de sorpresivos, fueron los anuncios de los Cavadas sobre su traslado a diferentes tierras.
La “Pioja” cuenta sobre su emoción y pesar, después de despegarse durante 3 años de Alex “Kike” Cavada, y sobre su impresión ante la partida repentina de Pablo y Nicolás hacia DF.
“Que vuelvan los Cavada”

Todo va a estar bien

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: Aquí estas, por fin nos encontramos, tenía muchas cosas que contarte, ahora… ya no recuerdo nada, desde que te fuiste que he pensado mucho, las cosas no están como antes, todo ha cambiado mucho, todo los planes y es un poco extraño. Hace un tiempo que llego una especie de obstáculo y me desvió todo lo que tenía armado, ¿me entiendes? Yo se que tu haz pasado por esto antes, y por eso quería hablar contigo, creí que quizás contándote lo que me pasaba podría encontrar algunas respuestas, ¿que piensas de esto? Ya no puedo seguir con mi corazón roto.

: ¡Hola! ¡No sabes lo que me paso!
¿Recuerdas nuestra última conversación? Me sirvió mucho, después de todo, tus palabras son muy importantes para mí. Luego de esa conversación mi vida dio un giro, y las cosas comenzaron a salir de maravilla, volví a sonreír e hice nuevos planes, he viajado mucho y he encontrado mucho cariño en mis aventuras. Quisiera que nos juntáramos más seguido a hablar, estoy muy agradecida de ti.

: Una vez más aquí, querida, ¿Qué sucedió? ¿En que te puedo ayudar? Por tu cara pienso que has tenido un problema horrible, me preocupa bastante verte así. La última vez que hablamos estabas tan concentrada en la felicidad que te estaba entregando la vida, no llores, que me pone mal a mi también. Cuéntame, todo mi día es para ti. Te haré un café y traeré algunas galletas para que comencemos a hablar, quédate tranquila que todo va a estar bien, no me volveré a ir de aquí.

No tengo nada.

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Caminó hasta el punto de encuentro, eligió un extremo de esa banca y se sentó. Hasta ahí llegaba ese sol veraniego temible, ese que sin darte cuenta te quema muy fuerte, pero no era un problema aún.
Luego de unos cortos minutos, el apareció con uno de esos cigarros en su mano y música a elección. Cuando ya estaba bastante cerca como para ver su carita, ella miró sus ojos encantada, pareciera que nadie se había dado cuenta aún, pero que lindos ojos tiene este hombre.
Los primeros minutos fueron un poco difíciles, pero era cosa de tiempo. Resulta que luego de, más o menos, 7 minutos, ella terminó su fase de nerviosismo y pudo caminar a su lado. El cada vez que podía reiteraba lo linda que ella era, y ella, por supuesto, jugueteaba un poco con eso, le daba su “que se yo”.
Extraña relación tenía ella con los ojos de el, eran tan pequeños y la miraba tan profundo, que ya casi se ahogaba en el verde agua de sus ojos.
No se como llego hasta ahí, pero ella intentaba no llegar a tener una situación comprometedora, de esas que te obligan a explicar algunas cosas, ¿para qué?
Mientras el hablaba, ella intentaba predecir que venía después, esos nuevos ojos verdes la miraban con emoción y le decían que el no esperaba más de ella, si no que, era todo lo que el esperaba.
Lo que luego sucedió, en verdad no sucedió, esa es la verdad, ella siempre con su distancia, y el intentando ganar confianza.
-
¿Qué hora es?

Ya era la hora de marcharse, el le dijo “Chao” pensando que se volverían a ver. Ella simplemente se despidió.

- Chao (y la besó en la mejilla)

- ¿Hablaremos luego, no?

- Por supuesto, fue un gusto verte, espero que se repita.

- Chao, chao, chao, chao (mientras caminaba alejándose de el)

verdad que si?

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Insisto
Nunca me sentí parte de ese lugar.
Ahora lo recuerdo
El seguía ahí sentado disfrutando.
Este es mi lugar,
Con mis memorias.
No anules nada.
Ahora vuelve aquí este calor que busca excavar los viejos intentos de un viaje anhelado.
Sí, aquí sigue…
Como olvidarlo.
Ayer viaje a la luna
Con un poco de azúcar.
Déjame decirte que volveré,
De ahí, hasta allá.

Directo, acción.

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Directo de un sueño.
Solo un deseo más…
No creas todo lo que digo,
Eso estaría mal.
Solía mirar las figuras en el cielo,
Y luego el intentaba tocarlas con la punta de los dedos.
Extraña sombra cansada,
¿Donde estas?
Quiero compañía otra vez más.
Te toca disfrutar.
Sigo en dirección opuesta al cielo.