Vamos por el comienzo.

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Digamos que la verdad es, que aun no se definir completamente que es lo que vino con el. Es importante señalar, los cambios en el techo de esa época, los tonos y movimientos, la luz y el sonido que deja caer naturalmente, es significativo porque aquí es donde te vuelves un poco nebuloso y confuso. Pero así comenzó todo: las gotas caían del cielo colorido, el frió se había ido, las sonrisas afloraban espontáneamente, y ella comenzó a escribir.
El bello abril obsequió el carmesí de sus mejillas para los momentos donde te asomabas, y fue escenario para el momento preciso, donde viene lo especial e inexplicable. Es el momento donde yo me vuelvo tú, y tú no se quien eres, pero ella dice que eso no es importante; si ella lo dice debe ser la verdad.
Aquí vienes una vez más, te llevas mis ganas de dormir, te apoderas de mi pensar, me sigues hasta el colchón una vez más.
A la mañana siguiente estabas aquí, junto al amanecer. Fue un ocasión muy particular porque es lo único que recuerdo de esa noche, te volviste borroso una vez más, y solo dejaste el sonido de esa guitarra al romper el día.
Ella dijo que era normal lo que pasaba, pero lo decía porque quería apoderarse de mí y de ti. Me arrepiento de haberle confiado mi amor a ella, lo uso de almohadón, cocinó en el, y lo utilizó como un pasatiempo.
… Mientras espero que las gotas que caen del cielo se hagan más continuas, ella aparece en mí con sus mejillas carmesí.

Ella.-

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La verdad, es que me pareció bastante especial esa sensación que sintió cuando él la rozó por primera vez con su mirada, pero nunca me atreví a sospechar algo, hasta que ocurrió el segundo encuentro. Podría decir que con esa segunda vez, incluso yo sentí mariposas en el cuerpo.
Siempre me impresiono mucho lo que ella sentía cuando él le sonreía, era como si nadie existiera. Siempre que esto sucedía, ella observaba detenidamente el momento, como en cámara lenta, y se detenía en el radiante gesto de su rostro, como sus ojos se achicaban hasta el punto perfecto, y como cambiaban sus facciones al momento preciso. No quiero sonar exagerada, pero era un espectáculo especial e inolvidable, incluso para mí.
Ella deseaba cada noche que esto ocurriera una y otra vez. Puede sonar un poco repetitivo, pero deberían presenciar el momento para lograr entenderlo, ¿Quién no desearía una sonrisa así?
Luego del frecuente deseo, ella se iba a dormir para encontrarse de nuevo con esta nueva sensación, y una vez más con el hombre que le llenaba hasta el rincón más oscuro de su menudo cuerpo.

e-xtremo evidente

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Parecía ser la última sonrisa que cruzaríamos.
Nos enfrentábamos a una distancia notoria, estábamos separados por un mar de gente botando sus lágrimas, y sin decir nada nos quedamos estancados en la profundidad de nuestras miradas. Sentí que fueron horas las que permanecimos ahí, era como en los sueños, que se representa un día entero en un solo minuto.
El me esperaba con una de esas sonrisas tranquilas, esas que no son forzadas, de esas que te llenan de sensaciones, mientras que yo le sonreía con mucha timidez y afecto.
Creo que nunca nos habíamos manifestado todo lo el amor que sentíamos el uno por el otro, la verdad es que nunca nos habíamos relacionado con tanta complicidad y serenidad.
Fue lo que más me gusto de la tarde, ese buen sentir de que solo éramos para nosotros, y pensar que ese instante lo podíamos hacer durar una eternidad.
Así me sentía, llena, feliz, esperanzada, sorprendida, un poco alocada y hasta podría decir que me sentí muy linda.
Mientras esto sucedida, ellos seguían en lo suyo, traspasándose datos, entregándose apoyo y brindándose abrazos; y aunque esto pudiera parecer distractor no nos afecto en nada, pero luego algo separo nuestro vínculo, y es que no podía durar para siempre, otras cosas nos llamaban, y bueno, ya era hora de separarse. Lo siguiente ya no tenía tanta importancia, descubrí que no fue nuestro último contacto, aún no era nuestro último encuentro. Permanecí el resto del día con la confianza de que mañana sería otro día, mañana tendría otra oportunidad, aun nada debía de terminar.