quieren ver, no

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Estaba soñando con el día en que las nubes cayeran sobre mis manos coloridas, pero desperté cuando mamá salió del dormitorio para pegar un grito de liberación. Creo que lo escucho toda la cuadra, ya que cada vez que salía de casa para ir rumbo al paradero, la gente se asomaba para lograr ver algo que alimentara sus lenguas, pero al no ver nada, se daban media vuelta para irse decepcionadas.
Después de ese día, mamá no fue la misma, tampoco yo, ni siquiera él. Algo había cambiado en nuestros detallados pasos.
Intente recrear la situación para buscar respuestas ante los repentinos cambios de energía, pero no encontré nada más que un dulce bajo la cama de mamá.
Él me dijo que mamá sufría algo llamado “felicidad”, pero jamás me explicó de qué se trataba, solo menciono que había que estar atento.
La verdad es que yo me asuste mucho cuando dijo eso, no sabía de qué se trataba, ni mucho menos lo que podía hacer al respecto. Pero si recordaba que una vez en el parque de la esquina escuché a un hombre hablar de eso; también recuerdo que la gente lo miraba con extrañeza e intentaba ignorarlo.
En casa todos temían por mamá, pero con el paso del tiempo, todos olvidaron el tema y yo terminé quedándome con la duda. Él como siempre intento entregarme calma, para poder volver a fantasear, pero la verdad es que desde ese día, que no logró volver a soñar